LA GRATITUD

LA GRATITUD

Para poder establecer el origen etimológico del término GRATITUD que ahora vamos a analizar en profundidad tenemos que marcharnos hasta el latín. Allí descubriremos que aquel procede del vocablo gratitudo que es fruto de la suma de dos partes claramente definidas: por un lado, la palabra gratus, que es sinónimo de “agradable y agradecido”, y por otro, el sufijo –tudo que es equivalente a “cualidad”.

GRATITUD es el sentimiento que experimenta una persona al estimar un favor o beneficio que alguien le ha concedido. Al sentir GRATITUD, el sujeto desea corresponder el mencionado favor de alguna manera.

El sentimiento de GRATITUD está vinculado al AGRADECIMIENTO, que es la acción y efecto de agradecer. Este verbo, justamente, significa sentir GRATITUD. Por lo tanto, el individuo que siente GRATITUD desea AGRADECER el beneficio recibido. Este AGRADECIMIENTO puede expresarse de diversas formas, desde una simple manifestación verbal (“Muchas gracias por ayudarme”) o una nota escrita (“Te escribo para agradecerte por ….”), hasta un regalo material (“Quisiera regalarte este presente por tu apoyo y en agradecimiento a todo lo que has hecho por …..”).

LA GRATITUD o el AGRADECIMIENTO es un sentimiento que suelen experimentar los creyentes hacia Dios. El acto orar puede suponer un pedido o una súplica, pero, en muchas ocasiones, se transforma en una forma de expresar la GRATITUD. Hay quienes agradecen a Dios por su salud, por tener trabajo o por haber superado algún problema, por ejemplo.

LA GRATITUD, desde el punto de la fe, se convierte en una cualidad fundamental.

Cuando a un niño se le hace un regalo en presencia de sus padres, inmediatamente ésta le pregunta: «¿Cómo se dice, niño?», y el niño, muy educadito, responde: «¡Gracias!». Ese niño acaba de recibir una de las lecciones más preciosas de su vida: saber SER AGRADECIDO.

¿Cómo vivir mejor este valor? Dicen que de todos los sentimientos humanos la GRATITUD es el más efímero de todos. Y no deja de haber algo de cierto en ello. El saber agradecer es un valor en el que pocas veces se piensa. Los abuelos lo decían «de gente bien nacida es ser agradecida«.

Para algunos es muy fácil dar las «GRACIAS» por los pequeños servicios cotidianos que recibimos, el desayuno, ropa limpia, la oficina aseada… Pero no siempre es así.

SER AGRADECIDO es más que saber pronunciar unas palabras de forma mecánica, la GRATITUD es aquella actitud que nace del corazón en aprecio a lo que alguien más ha hecho por nosotros.

LA GRATITUD no significa «devolver el favor«: si alguien me sirve una taza de café no significa que después debo servir a la misma persona una taza y quedar iguales… El agradecimiento no es pagar una deuda, es reconocer la generosidad ajena.

LA PERSONA AGRADECIDA busca tener otras atenciones con las personas, no pensando en «pagar» por el beneficio recibido, sino en devolver la muestra de afecto o cuidado que tuvo. ¿Has notado como los niños agradecen los obsequios de sus padres? Lo hacen con una sonrisa, un abrazo y un beso. ¿De qué otra manera podría agradecer y corresponder unos niños? Y con eso, a los padres les basta.

Las muestras de afecto son una forma visible de agradecimiento; la GRATITUD nace por la actitud que tuvo la persona, más que por el bien (o beneficio) recibido.

Conocemos personas a quienes tenemos especial estima, preferencia o cariño por «todo» lo que nos han dado: padres, maestros, cónyuge, amigos, jefes… El motivo de nuestro agradecimiento se debe al «desinterés» que tuvieron a pesar del cansancio y la rutina. Nos dieron su tiempo, o su cuidado.

Nuestro agradecimiento debe surgir de un corazón grande. No siempre contamos con la presencia de alguien conocido para salir de un apuro, resolver un percance o un pequeño accidente. ¡Cómo agradecemos que alguien abra la puerta del auto para colocar las cajas que llevamos, o nos ayude a reemplazar el neumático averiado!  El camino para vivir el valor del agradecimiento tiene algunas notas características que implican:

  • Reconocer en los demás el esfuerzo por servir
  • Acostumbrarnos a dar las gracias
  • Tener pequeños detalles de atención con todas las personas: acomodar la silla, abrir la puerta, servir un café, colocar los cubiertos en la mesa, un saludo cordial…

La persona que más sirve es la que sabe ser más AGRADECIDA. Y son las que manifiestan una constante actitud de agradecimiento. Convierten los problemas y dificultades en ventajas y oportunidades. Conciben la vida como un constante aprendizaje. Han desarrollado una nueva conciencia de lo frágil y corta que es la vida, y por eso la viven con intensidad, con GRATITUD, la disfrutan y hacen que otros también la disfruten.

Viven cada día como una gran oportunidad, convierten cada día en una nueva aventura, la más agradable y dichosa dentro de lo posible. Estas personas expresan su AGRADECIMIENTO a los de su entorno por todo aquello que les van aportando. La GRATITUD nos ayuda a ser más felices y nos permite ayudar a los demás a ser algo más felices.

Cada uno tiene mucho que agradecer, y cuidar lo recibido es una forma de hacer evidente nuestro reconocimiento. Entre los bienes que más agradece el hombre se encuentra la vida, la salud, la amistad, la lealtad y la enseñanza de sus antecesores.

LA GRATITUD y el reconocimiento son los mejores regalos que puede recibir una persona en cualquier época y lugar del mundo.

PARA SER AGRADECIDOS…

  • Admitamos que necesitamos a los demás.
  • Reconozcamos las obras de los otros.
  • Incluyamos en nuestro lenguaje expresiones de agradecimiento.
  • Aceptemos que muchas de las cosas buenas que tenemos se deben a lo que otras personas nos han dado: amor, protección, cuidados, talento, sabiduría.
  1. Filipenses 4:10 Gratitud por la ayuda recibida Me alegro muchísimo en el Señor de que al fin hayan vuelto a interesarse en mí. Claro está que tenían interés, sólo que no habían tenido la oportunidad de demostrarlo.
  2. Arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud.
  3. Colosenses 3:16 Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
  4. Hebreos 12:28 Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente,

Que tengas un excelente día javier.alor@outlook.comgratitud1

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