En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17
En las vísperas del día de la amistad muchas personas están preocupadas que regalar y el día que se celebra es un caos en todos los lugares, esto me lleva a reflexionar que existe la amistad o por lo menos el ser humano trata de encontrar o preservar un amigo, la idea es que si encontraste un amigo, encontraste un tesoro. Hay una cosa bella en la vida: tener buenos amigos. En la vida cotidiana acudimos continuamente a ellos cuando hablamos, podemos clasificarlos como grupos de círculos de amigos, amigos de la infancia, amistades de juventud, etc.
Cuando hablamos del amor de amigos pienso que debe ser recíproco y debe ser virtuoso. Toda amistad auténtica nos acerca a ser lo que Dios quiere de nosotros. Sr. Jesucristo nos revela el camino de la perfecta amistad. El mismo es el modelo perfecto de amistad… Juan 15:15: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer
¡AMIGO! Esta palabra es muy grandiosa y bonita. Pero a decir verdad, siempre mezclamos en estas expresiones, sentimientos generales de simpatía, fluidez de comunicaciones, afinidades temperamentales y cosas por el estilo. No involucramos casi nunca en ellos serios y profundos compromisos. Por lo regular son más grupos de diversión que de una verdadera amistad, también de grata compañía, a veces de sana expansión y agradable desahogo. Pero nada más. Y al final podemos decir amigos umm lo dudamos y en serio….
Cuando hablamos de verdaderos amigos, –amigos de verdad- no puedo dejar de establecer como exigencia misma de esa expresión, límites y perfiles bien concretos y precisos. En mi concepto personal, amigo es aquél que se convierte por el mismo hecho de serlo, en la «mitad de mi alma»
Pero… ¿qué significa ser la mitad de mi alma? No otra cosa que dos corazones latiendo al unísono ante los múltiples retos de la vida. Dos corazones que juntos enarbolan banderas victoriosas frente a conquistas merecidas, que vibran de coraje y entusiasmo por lo que merece ser vivido. Significa compartir y disfrutar juntos triunfos y fracasos, penas y alegrías. En fin, no retroceder jamás y saberse jugar siempre el uno por el otro. Si fuera necesario hasta el sacrificio total
¿No te suena en los oídos aquello de que no hay mejor amigo que aquél que da la vida por Él?
Y bien, frente a este apretado pero severo manojo de actitudes y aptitudes exigidas por una amistad sincera, por una amistad a muerte, nos brota espontánea la pregunta: ¿abundarán los verdaderos amigos? Cantidad y calidad no siempre suelen caminar juntas. Bien lo afirmamos cuando decimos: «Poco pero bueno» o como se dice «Poco puchero pero bien cocido».
En realidad no es fácil encontrarlo, al menos con los perfiles señalados. Haber tenido la fortuna de descubrir al menos uno es algo que debería provocar en nosotros el fuerte anhelo de conservarlo. Recordemos con esmero la bíblica advertencia «Si encontraste un amigo, encontraste un tesoro». Con lógica podríamos añadir: «Si perdiste un amigo perdiste un tesoro».
Y por ultimo puedo decir que Dios ha sido muy bueno conmigo porque he logrado conocer muchas personas a través de la Red y ahora sé que tengo muy buenos amigos y entre mucho tu estas ahí y muchas veces me he sentado pensando en algunos de ustedes y al final Dios me ha dado la palabra precisa para tu vida, y eso para mí es grandioso y cuantas veces en este año he recibido cientos de correos de gratitud, eso me da fuerza para esmerarme y seguir en esta gran laborar de ayudar a mucho.
Bueno mi estimado amigo Felicidades y Que Dios te bendiga mucho y que el conceda las peticiones de tu corazón, y recuerda que a veces aunque no te escriba seguido, siempre estas presente.
Con aprecio y amistad sincera puedo decirte Dios te ama y yo también Javier.alor@outlook.com