ENGAÑANDO AL PASTOR

 

FB_IMG_1467170068459Hubo un cerdo que se disfrazó de oveja y pasó a estar en el redil con las ovejas, él enseñaba malos modales a las verdaderas ovejas dentro del redil, y algunas estaban empezando a actuar como él, su vocabulario soez era notorio, su falta de atención y no obedecimiento, pero cuando el pastor llamaba a sus ovejas o escuchaban su voz ellas lo seguían, pero al cerdo disfrazado le costaba entender lo que el pastor quería decir.

El pastor sabía que esa oveja realmente no era una oveja, pero quiso experimentar hacerle creer que estaba siendo engañado.

Sabía que, si solo les decía a las ovejas que ese no era una oveja, ellas no lo iban a creer, por eso debía tener la sabiduría para enseñarles de manera más categórica lo que él sí sabía.

En cierta ocasión el pastor las llevo intencionalmente al río, pero para llegar a ese lugar había que pasar un gran fango, que hasta gusanos afloraban, por lo que el pastor iba adelante y puso una tabla plana muy larga y cada oveja entraba a la tabla.

Cuando se enlodaban las patitas, algunas de ellas se sacudían hasta preocupadas de ello, y cuando le tocó pasar al cerdo vestido de oveja se emocionó tanto que ni siquiera subió a la tabla, sino que se tiró al fango y no quiso salir de allí.

Se revolcaba en aquellas sucias y enlodadas fétidas aguas lodosas, las demás ovejas estaban tristes y querían hacer algo por él, y ellas esperaban que el pastor lo sacara de allí, así como cuando una de ellas era traída o rescatada por el pastor cuando una de ellas se extraviaba.

Pero el pastor pudo confirmar su sospecha y acaricio a sus ovejas al otro lado del río y les dijo: no teman pequeñas yo voy siempre adelante de ustedes y ustedes me siguen porque oyen mi voz y obedecen y pasan por donde yo voy.

Algunas ovejas que habían sido mal orientadas por el cerdo vestido de oveja le gritaban: ven, ven, no te quedes allí, pero el pastor les dijo, no hay forma que él quiera venir, déjenlo en su lugar al que pertenece.

Una oveja que se había vuelto malcriada le dijo al pastor: pero pastor no sea usted así trate de hacer algo al menos.

El pastor les vio a los ojos a dicha oveja y le dijo: Este cerdo que pensaba que me engañaba por su vestimenta, dijo el pastor, pero yo le conocí desde el principio, pero yo quería que quedara constancia a él mismo, y a todos ustedes que supieran que era un cerdo sin valor, y ustedes no quedaran tristes y no me juzgaran mal.

Ustedes ven la piel de afuera y yo veo sus corazones y actitudes, por eso tú me pides que le ayude, sin embargo, toda la ayuda la recibió en el redil y él no tiene el más mínimo deseo de querer ser transformado, pues de haberlo querido y que fuese honesto y se arrepintiera de ser un cerdo entonces yo hubiese intervenido.

Por eso les puse esta dificultad y ejemplo, todos deben ser sometidos a pruebas.

Recuerden que los cerdos le huyen aún al agua limpia, y uno de los requisitos para poder ser transformado es el agua limpia, y que debe mostrar ese interés personal en su cambio permanente, de tener una vida en libertinaje sin quien lo guíe, debe querer estar viviendo feliz dentro del redil con alguien que lo cuide y dirija De comer Zapatos viejos y conchas y maíz, vendría a pastar pastos verdes donde siempre lo lleve el pastor.

Todas las ovejas entendieron a la perfección, el mensaje del cerdo que se vistió de oveja.

Es en las dificultades donde es probado el corazón de un verdadero cristiano y lucha por pasar el fango sobre la tabla o salida que el pastor le pone y seguir las instrucciones del pastor para no quedarse en el fango, pues el fango ya no es buscado por las ovejas verdaderas, es el lugar del cual ellas saben que deben huir y se limpian con rapidez (se confiesa a Dios) al enlodarse una pata mientras está pasando por dicha dificultad, pero nunca se queda disfrutando del fango. ¡Quien lo hace siempre fue un cerdo! (no convertido)

La palabra dice:

Mateo 7:15-20 (RVR1960) 15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Que tengan un excelente día javier.alor@outlook.com

 

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